Roberto
Bolaño (1953-2003 , Premio Herralde de Novela en 1998 y Premio
Romulo Gallegos en 1999) en su libro Los detectives salvajes (1998)
presenta la búsqueda de la raíz de las ideas que guían la
existencia de los protagonistas Ulises Lima y Arturo Belano. A lo
largo de veinte años, los protagonistas encaminan su vida en la
bohemia, tomando ideas diferentes y revolucionarias, las cuales son
percibidas y criticadas por las personas con las que conviven en
diferentes períodos. Por último, las entrevistas que describen los
veinte años después de encontrar a Cesárea Tinajero, y el orden de
las mismas, mezclan el tiempo y los sucesos de tal manera que crean
un ambiente que refleja el deber de preservar la esencia individual y
madurar de acuerdo a las ideas y valores personales.
Bolaño expone la búsquedam de dos jóvenes,
Ulises Lima y Arturo Belano, para encontrar la raíz de los “real
visceralistas” (un grupo de poetas al cual pertenecen) en la figura
de Cesárea Tinajero. Al encontrar a Tinajero no sólo hallan a la
persona que empezó una revolución en la literatura que ellos
conocen, sino también encuentran la figura simbólica que representa
el inicio de un grupo con ideas nuevas e innovadores en el cual ellos
se encuentran representados y enteramente identificados. En las
entrevistas, cuando se menciona a Cesárea, Lima y Belano, recuerdan
los pocos momentos que pasaron con ella en silencio, con una
expresión de melancolía y a la vez una leve felicidad por haber
encontrado el origen de sus ideales.
Los veinte años de la vida de los protagonistas,
luego de encontrar a Tinajero, reflejan plenamente que luego de
encontrar la procedencia de su estilo de vida y haberlo perdido
trágicamente, Lima y Belano ya no encuentran el mismo placer en la
poesía y atraviesan diversas facetas a lo largo del período. Los
sucesos son descritos en entrevistas hechas por un ente desconocido,
el cual logra captar los sentimientos, tanto de los entrevistados
como de los protagonistas, dando una mezcla de puntos de vista y
sentimientos que son cruciales para el desarrollo de la historia.
Al final de las entrevistas, Bolaño logra en el
lector esa idea del tiempo que, al juntar la última en 1996 con la
primera en 1976, se percibe que los protagonistas vivieron la vida
que habían pensado tener desde un principio. Con sus altos y bajos,
los viajes que los protagonistas llevan a cabo, crean esa atmósfera
de flexibilidad, en la cual no necesitan una casa fija, sino que
pueden seguir sus vidas en cualquier rincón que ellos deseen y como
ellos lo deseen.
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